Un matrimonio se presentó en la comisaría de El Colmenar, el martes a la mañana. La mujer, de 34 años, iba a denunciar que su marido había abusado sexualmente de una de las hijas de ambos. Y el hombre, de 37 años, iba a ponerse a disposición de la Justicia. Lo más grave del hecho es que la víctima, una menor de 13 años, está embarazada, producto de la violación.
La mujer relató en la comisaría que últimamente notaba rara a su hija y que el cuerpo de la niña había cambiado de manera repentina. Como la nena no le decía nada, el lunes la llevó a un CAPS, donde los médicos ordenaron que la examinara un ginecólogo. Después de revisarla, el profesional le comunicó a la mujer que la menor tenía cinco meses de gestación.
La madre de la niña dijo que se asombró con la noticia y que no entendía cómo pudo haber sucedido eso, puesto que la nena jamás sale sola de la casa, no se junta con amigos varones y ella -aseguró- la acompaña a todas partes. Afirmó que intentó hablar con su hija, pero que la menor sólo respondía con silencio.
Sin respuestas ni explicación, la mujer le contó lo que pasaba a su marido, el padre de la niña embarazada. Después de conversar durante un largo rato, y cuando quizás la mujer pensaba que ya nada más podría sorprenderla, el hombre admitió que había violado a su hija.
Una noche de alcohol
Según le contó la mujer a la Policía, su marido le confesó que una noche regresó borracho a la casa y se metió en la cama de la niña, donde abusó sexualmente de ella. "Ha sido un error y quiero revertir mi situación", le habría dicho el hombre a su esposa, tras comunicarle que se entregaría.
La mañana del martes, el hombre quedó aprehendido. Al día siguiente, la mujer ratificó la denuncia en tribunales y él fue llevado a declarar ante la fiscala de la IX° Nominación, María de las Mercedes Carrizo. Después de escucharlo, la fiscala ordenó que el padre abusador continuara detenido. Mientras tanto, la niña fue examinada por médicos y psicológicos. El martes debieron retirarla de la escuela para llevarla a completar esos trámites. Es la mayor de seis hermanas y, según aseguró su padre, la única víctima.
Indefensa
La pobreza y la marginalidad son las principales características del barrio en el que viven la menor y su familia. Profundos barriales, casillas que apenas se mantienen en pie, gallinas que se mezclan con los perros y niños jugando solos en medio de la calle conforman un paisaje frecuente en esa zona de El Colmenar.
Según pudo conocer LA GACETA, el padre de la niña se dedica a la venta ambulante, mientras que la madre se queda en la casa a cuidar de sus seis hijas. En este caso particular, su vivienda es humilde pero no alcanza los niveles de pobreza de las casas vecinas. Un perro cuida la entrada, escudado por un portón de hierro y rejas negras.
En ese lugar, apartado del centro de la ciudad, nadie advirtió que en el vientre de una niña de 13 años se gestaba una vida. Ni siquiera su propia madre, que tuvo que llevarla al médico para conocer la terrible situación que ahora vive su hija, mientras el padre sigue detenido.
Identidad reservada
Tanto el nombre de la víctima como el de su madre y su padre se mantienen en reserva para proteger la identidad de la menor.
La violación ocurrió en un barrio situado al Este de El Colmenar, donde la mayoría de los vecinos están al tanto del suceso.
El padre de la menor aseguró que el abuso sexual se cometió una sola vez. Sin embargo, eso lo determinarán los peritos psicológicos.